24 marzo 2007

Maniquí... PARISIÉN!!!

Bueno, aunque esto vaya a quedar un poco desfasado, ya debería ir contando mi pequeña excursión a París, del 2 al 5 de febrero (de este año, que esto puede estar desfasado pero no tanto)

El caso es que JL y yo teníamos comprados unos billetes a París desde noviembre, cuando las cosas ya estaban torciéndose pero aún no estaban totalmente pisanas (por la Torre de Pisa, que hay que decirlo todo). Para más información, Abriendo Puertas: El Diario de JL II. Que no lo voy a contar yo todo, hombre.

Jota y yo habíamos comprado esos famosos billetes al mismo tiempo que algunos amigos suyos, que habían pillado un ofertón en Vueling. Sin embargo, según se acercaba la fecha, la gente iba cayendo por el camino (a pesar de tener ya los billetes comprados!) y de un grupo inicial de seis, al final nos quedamos en cuatro: JL, Javi Kalcetos, Arnaudcito y el menda lerenda. Y, para rizar el rizo, el día anterior al vuelo me llamó JL diciéndome que al final tampoco podía ir. Me dio una excusa muy buena, pero yo sigo abrigando dudas acerca de si pensaba que yo me iba a abalanzar encima de él o algo así, ya que compartíamos habitación. Aunque después de todo el follón, yo le había comentado que si quería no iba a París, ya que en principio el viaje era suyo y de sus amigos, y él me dijo muy convencido que ni se me ocurriera, que yo tenía que ir con él. En su día habíamos hablado varias veces de irnos de turismo sexual juntos, y aunque este viaje ya no hubiera sido lo mismo hubiera estado bien, por aquello de recuperar el buen rollo no-sexual que teníamos antes.

La cosa es que yo me puse muy nervioso, porque soy muy timidín y aunque yo ya conocía Kalcetos y a Arnaud pues no tenía mucha confianza con ellos. Además, yo soy un poco pava y no sabía si ellos dos iban a cuidarme por esos países extraños con idiomas en los que la erre se pronuncia de forma extraña. Pero yo ya tenía mi billete y no iba a tirar 70€ a la basura. Aunque me daba mucha pena que JL no viniera, porque me hubiera gustado hacer el viaje con él en plan amigos y ya. Pero bueno... qué se le iba a hacer.

Vamos al lío: París es una ciudad muy bonita donde un café con leche cuesta tres eurazos. Lo llaman café olé. Olé por el precio, digo yo. Aparte de eso, respecto a la ciudad en sí no comentaría aquí nada que no se pueda encontrar en cualquier guía turística, así que me lo salto y voy a lo que interesa: El TX.

Kalcetos es muy fan del TX. Es un bar zapero de París. Pero, al contrario que el Odarko, que solamente es de zapas el cuarto domingo de cada més, el TX es de zapas un día sí y otro también. El rollo zapas les va a Kalcetos y a Arnaud una barbaridad, así que yo ya tenía previsto pasarme en ese sitio todo el finde. Yo no soy especialmente zapero, pero los nanos con chandal me pierden, así que tampoco me importaba. Me parecía una pena limitarme únicamente al TX de toda a oferta de sitios de sexo que según JL, ofrece París, pero tampoco me iba a rasgar las vestiduras por ello.

En el TX hice muchos amiguitos. Yo justo me había cortado el pelo con los laterales rapados, dejando cresta por la parte de arriba y la parte de atrás. Los franceses, que son muy imaginativos, rápidamente idearon algunos usos para la parte de atrás de mi cresta, consistente en utilizarla como método para obligarme a comerles la polla.

Los franceses son muy majos.

La primera noche había fiesta underwear/shorts deportivos. Kalcetos me prestó unos suyos, con una única condición: Haz lo que te de la gana, PERO QUE NO TE MEEN. Le garantizé que a mi el rollo meadas no me iba (mucho), que alguna vez lo había hecho pero estando muy borracho y muy perraca, y que no pensaba hacerlo. Craso error.

Esa noche empecé abriendo boca con un nene que iba desnudo por allí y, aparte de tener un cuerpecito bastante apañado, también tenía una tranca barranca de unos 22 cm sin erección. Una Torre Eiffel en toda regla, vaya. Y por supuesto, cuando le vi ahí aburridito en la barra tomándose una cerveza, no pude resistir la tentación de hacer un poco de turismo parisino. Y no hay nada más parisino que la Torre Eiffel, claro.

Tras el aperitivo, entró un nano que tenía pinta de haber cogido un avión desde Parla para aterrizar en el TX, para el disfrute de mis ojos. Chandal, gorra... pinta de macarra y cara de mala hostia. Y unos 22 años. Me faltó tiempo para empezarle a lobear, y al final conseguí que me recompensara poniéndome a comerle la polla, tras lo que me llevó al baño y me meó entero. Pero el tema no terminó ahí, ya que me llevó a una cabina y estuvo follándome el culo y dándome hostias a saco. Donde menos me daba era en el culo, y es que me he enterado de que eso ya no se lleva tanto. Pero es que yo siempre he sido bastante tradicional en mis relaciones sexuales. Aparte d elas hostias, me agarraba de la cresta (bendita sea!) y me obligaba a mirar hacia arriba, mientras me petaba a saco. Me escupía en la boca y en la espalda, y de vez en cuando me cruzaba la cara. Hasta que de repente paró, me tiró al suelo y se puso a mear otra vez. Sé que estais pensando en los pantalones de Kalcetos. Yo no estaba pensando en ellos, en ese momento. Tras la meada, siguió follándome hasta que se iba a correr, lo que hizo en mi cara y, tras limpiarse la corrida en mi pelo, se piró.

Un chico majísimo. Luego me enteré que había salido en una porno (tengo que enterarme de cual), y que se llamaba Igor. Como me había tratado tan bien, le adjudiqué el título de mi novio de París. Hubiéramos sido muy felices, si no fuera porque al día siguiente volvimos a coincidir en el TX y ese día debía de andar él rollo perra, porque le anduvo comiendo las zapas a medio bar. Al final, Kalcetos se lo benefició. Es que siempre me roban a los novios.

Kalcetos, por cierto, no se enfadó porque me hubieran meado su pantalón, puesto que Igor era un ser ante el que cualquiera hubiera hecho una excepción. De hecho, esa noche colgó el famoso short del radiador, en la cabecera de su cama, para que le ambientara algunos sueños. Sueños que, como comento en el párrafo anterior, cumplió al día siguiente CON MI NOVIO!!!

Ese fue el día más movidito. El segudo día estuve dándole caña a un moro cachas con cara de bestia al que entré pensando que me iba a dar más palos que a una estera, y que a lo que me descuidé cayó de hinojos y se puso a comerme las zapas como si se le fuera la vida en ello. Así que, puesto que no quería que alguien pensara que los madrileños somos unos sosos (aunque creo que tras el espectáculo del viernes no lo pensaba nadie), me entretuve en darle hostias mientras me comía la polla y escupirle un rato y tal... para que no se diga. Al final, me corrí encima suyo y ahí le dejé. Creo que se quedó muy contento, puesto que tenía toda la pinta de ser eso lo que buscaba. Más tarde, me enrollé con un bombero muy majo también, que luego me hizo unos mimos y todo.

Arnaud, por cierto, puede dar fe de algunas de mis actuaciones (sobre todo de la de Igor) puesto que él tenía vetado relacionarse sexualmente con gente (por cuestiones de pareja), y de alguna forma se tenía que entretener.

A todo esto, por París iba cogiendo mucha más confianza con Arnaud y Kalcetos. La verdad es que fueron supermajos y me llevaron a ver cosas y todo eso (ellos ya conocen muy bien París y no tenían mucho interés en hacer turismo). Fue muy divertido ir con ellos.

Por último, la noche del domingo fue más ligth, puesto que había menos gente. Pero eso no quitó para que un tío me petara en un sling mientras otros tres me comían las zapas y que el camarero me pisara un poco con unas Nike TN mientras yo aspiraba la zapa de otro tío y me spankeaban un poco. A mi me daba morbo pensar que el resto del bar estaba flipando con la performace, porque estábamos al lado de la barra, no en la parte de follar. Pero creo que no se dio cuenta ni el tato. Qué pena.