12 mayo 2006

Sombra aquí, sombra allá...

...maquíllate, MAQUÍLLATE POR DIOS!!!! O es que piensas salir con esa cara???

Todos los viernes la misma historia, claro. Y ya estoy harto, que uno tiene la cara que tiene y punto. Empiezo a sospechar que ese es el verdadero motivo de que los chicos siempre me digan "y ahora date la vuelta, anda..." y no que solamente me encuentre con activos, que es lo que he pensado siempre. Además, todo el mundo se queja de que hay pocos activos, y esa no es mi experiencia, así que me estoy empezando a mosquear.

Aunque mi amigo MiniJorge siempre me dice que soy guapa como un hada. Siempre le tengo que decir yo que me lo diga antes, pero bueno, cuando el río suena... agua lleva. Así que hoy nos vamos al río (más concretamente, a Las Vistillas) a celebrar el Santo Patrón de esta nuestra amada ciudad que es Madrid, capital del Reino y del Universo y... y bueno, que nos vamos a tajar de buena manera, que es de lo que se trata. (Estos cambios de tema tan curiosos en mitad de una frase creo que los inventó Santa Teresa de Jesús) Y como yo soy muy SANTO, o eso dice mi otro amigo Catastrofe (porque me he pasado mi juventud haciendo felices a una gran cantidad de hombres. Y es que yo siempre he sido de dar mucho amor. Y de recibirlo. Sobre todo de esto último) pues nada, he decidido imitar el discurso de esta buena mujer tan querida ella por todos nosotros, aunque ninguno hayamos leído nunca nada suyo. Pero la queremos igualmente, porque era Santa, era Teresa (como la Vicepresidenta) y era de Jesús (Caldera).

Esa mujer era muchísimas cosas. Con perdón de las cosas.

Bien, de todas formas, para santa santa, Santa Engracia. Esa señora sí que tiene (o tenía) de todo. Tiene una calle carísima aquí en Madrid, eso para empezar. Además, como su propio nombre indica, estaba En Gracia. No sé en Gracia de quién, o si era de Barcelona y tenía un pisito en el Paseo de Gracia ese (que también es carísimo, creo. Esta buena mujer también tenía mucha clase, por lo visto. Y sobre todo, muchas pelas. Supongo que por eso es Santa, porque por lo que respecta a la iglesia católica -sí, con minusculísima-, tanto tienes, tanto vales, o bien quién paga, manda. Y si uno tiene mucho dinero, o es folclórica, pues puede anular tantos matrimonios como quiera y luego volverse a casar por la iglesia tan ricamente (naturalmente, no iba a ser tan pobremente. O no acabo de decir que lo importante es tener pelas?). A lo que vamos, que esta mujer debió de vender la calle Santa Engracia y el Paseo de Gracia y se compró el puesto, cargo, estatus o lo que sea, de Santa. Ahí es nada.


Pero mira que hay gente poco práctica en la vida, verdad? Para practicidad, deberían aprender del señor este tan simpático... un tal Francisco Guijarro. Hay que ver qué buen hacer tenía (o tiene) este buen hombre. Así, únicamente con el fruto de su trabajo y el sudor de su frente y dios sabe de cuantos lugares de su cuerpo más, ha logrado un chalecito (por no llamarlo chabolilla, claro) en la Moraleja que nada más que vale unos 10 milloncejos de euros. Y por lo visto, dentro tenía otros 10 milloncejos de € en metálico. Para gastos cotidianos, y tal. Que un chalet da mucho trabajo, y el servicio está carísimo. Las asistentas y los jardineros no se saben mantener en su lugar. Qué mundo, dios mío. Y aquí tenemos a este "pobre" hombre, tan trabajador y tan honrado, CASI TAN HONESTO como Eduardo Zaplana (¿hablamos de Terra Mítica? Eso para otro día, que se me termina el papel), ahí, acosado en su modesta vivienda. Seguro que a este hombre también le terminarán declarando Santo un siglo de estos (San Guijarro... qué bonito) y probablemente todavía le quede algo de todo ese pocket-money para darse algún caprichin y compensarse por todo lo que ha sufrido.


Bien, ya no sé ni de qué iba a hablar en este post ni cómo he terminado hablando de todo esto ni a que Santo ha venido todo, así que hasta aquí voy a llegar, no sea que venga alguien con unas esposas en la mano y exiga mi dimisión como blogger por... escribir :P

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